sábado, 31 de diciembre de 2011

S.d.E. 1x04

  Hay personas que tienen un problema a la hora de numerar sus programas de radio ya que consideran el programa piloto como una emisión cero y comienzan a contar a partir del segundo. Pero digo yo que por lógica el primero en hacerse será el número uno, luego el dos y así sucesivamente. Por lo menos así se hará en este blog (porque como es mi blog si quiero le doy de comer y si quiero lo mato a palos(referencia  a La Colmena)).

Aclarado este punto paso a anunciarre el que sería el cuarto programa de Salida de Emergencia, grabado el quince de diciembre, el cual se puede escuchar directamente en la web en la que es emitido: ondacampus.
Además de los contenidos experimentales de siempre esta vez cuenta con la presencia del invitado Daniel Ponte que le da al programa su toque propio.

PD: ¿Esto era necesario?


viernes, 30 de diciembre de 2011

Hug!

domingo, 18 de diciembre de 2011

We are (not) alone

  Espero que tengas una manera de pensar abierta y que no te importe abrirte a formas de hacer cine que se alejen de los típicos taquillazos ya que la película de la que voy a hablar es algo curiosa.

"Enjoy it while it lasts"
Se trata de Melancolía, estrenada en España el 11 de octubre de este maduro 2011. Está dirigida por el polémico Lans Von Trier y ha resultado ganadora de los galardones a la mejor película, mejor fotografía y mejor dirección artística del festival de cine europeo de este año.

Parece comúnmente aceptado que lo ideal a la hora de ver esta película sería que ignorar todos los elementos que pueden empañarla, por parte de las controversias que causaron ciertas declaraciones de su director en Cannes (y aquí paro de escribir).

Me considero experto en películas catastrofistas y no creo que ésta sea una de ellas, como por ejemplo sí lo fueron 2012 o El Incidente: una catástrofe. No, aquí se nos muestra cómo un planeta llamado Melancolía va a entrar en la órbita de la tierra siendo muy posible una colisión entre ambos, pero ello está tratado de una manera original ya que esto no es el centro de la trama si no un simple contexto que ronda sobre los personajes y su historia.


"Sometimes I hate you so much, Justine"
Para representarlo se nos muestra un fragmento de la vida de dos hermanas: Justine y Claire interpretadas por Kristen Dunst y  Charlotte Gainsbourg respectivamente, siendo la película dividida en dos partes dedicadas a cada hermana, como si fuera una novela.
La primera relata la celebración boda de Justine que resulta superficial debido a que ésta es incapaz de afrontar sus verdaderas emociones mientras que la segunda parte es dedicada a Claire, sus preocupaciones por su familia y la proximidad del extraño planeta.

Tú en algunos fragmentos de la película
La intención de Von trier era la de mostrar la intimidad de esta familia de manera que hace que la película comience con un prólogo en el cual aparecen diferentes escenas inconexas con una visión abstracta de los momentos finales del film de modo que el espectador se centre en cómo se desarrollaron los hechos y no en el desenlace final. Esto para mí es un error ya no porque te revele el final si no porque el espectador se encuentra ante ocho minutos de imágenes semiestáticas, de gran belleza eso sí, pero incomprensibles (a lo ¿qué estoy viendo?) que no cobran sentido hasta después de ver la película. Se hace inevitable pensar que esto tiene la función de prueba para comprobar si el espectador está a la altura de lo que se le va a mostrar.


Es una película bastante incostante ya que como esto tenemos también molesto exceso del uso de la cámara en mano, más escenas pensadas para un público paciente, un único tema a modo de banda sonora que por muy de Wagner que sea acaba siendo repetitivo y un desarrollo de la acción algo torpe al final. Pero Sin embargo todo esto queda disimulado a favor de aspectos como las especialmente buenas actuaciones de Dunst y Gainsbourg, el buen uso del presupuesto, un gran realismo en los efectos especiales pero sobre todo cómo consiguen que el planeta se convierta en una extensión de la depresión que sufre Justine; cómo transmiten ese estado invadido por una sensación de impotencia y vanalidad de todo en la que parece que la única salida es la desaparición final de la existencia. Le doy un 7,9/10 y te la recomiendo si no me la recomendaste tú primero.

We are (not) alone

Dirección: Lans Von Trier 
Intérpretes:   Kristen Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland
 Guión: Lans Von Trier
Título original: Melancholia 
País: Dinamarca, Suecia, Francia, Alemania
Año: 2011
Duración: 136 min.


domingo, 4 de diciembre de 2011

S.d.E. 1x03

Este sería el tercer programa grabado por el equipo de Salida de Emergencia el 24 de Noviembre, hace ya algún tiempo. En él vuelve a repetirse la fórmula de siempre al mismo tiempo que se intenta ir mejorándola poco a poco. Próximamente en emisión en Ondacampus.


                      

PD: Ya se ha arreglado el problema por el cual no se oía nada más allá del minuto once. Que alguien me explique el motivo.
PPD: Hoc est 

jueves, 1 de diciembre de 2011

¡¡#1!!

   Se veía venir, esto tenía que pasar. Hoy hace un año que este blog salió de la estación hacia nadie sabía dónde pero, lamentablemente, el mismo motivo que le hizo nacer provoca ahora que no se pueda festejar su primer aniversario como fuera debido. Que estoy muy liado, vamos; intentar sacar una carrera adelante tiene estas pequeñas cosas. Pero tener una máquina del tiempo ayuda, de manera que lo pasaré a dentro de unos días (¿dos, tres? ya veré). Resumiendo: Felicidades yo.

martes, 29 de noviembre de 2011

Dream House

   Lamentablemente no me sale natural ser objetivo a la hora de criticar esta película por varios factores que, conforme se desarrollaban los acontecimientos, han escapado a mi control. El primero de ellos se remonta a cuando fui a ver “La voz Dormida” al cine el mes pasado, donde justo antes de que empezara la proyección, fuimos obligados a ver un Tráiler de esta película.


Quitando contadas excepciones suelo tener una predisposición negativa frente a estos “adelantos” de una película ya que te muestran imágenes y diálogos sacados de contexto que más que captar tu atención, mostrarte una pizca de lo que pueden ofrecerte o dejarte con la miel en los labios lo único que hacen es descuartizar el film y echar a perder todo lo que se había trabajado para que experimentases lo que el director hubiese previsto.


Pues bien, en esta tesitura estaba cuando el dicho Tráiler se mostraba con total claridad un punto clave del film. Que, vale, puede que se dedujera (yo tenía cerca de seis teorías de quién era el asesino) pero me parece una decisión totalmente incompresible o por lo menos contraproducente. Y no escribo más que me voy de la tecla.

Con estas, además de demasiada fe, fui a verla al cine. La peli es de esas que no promete demasiado y no se sale de eso. El argumento cuenta la historia de una familia feliz que se muda a una nueva casa desde la gran ciudad para descubrir con sorpresa que sus anteriores inquilinos habían sido cruelmente asesinados. Partiendo de ahí no está mal, tiene buena base, y de hecho la primera media hora se sostiene bastante bien, pero no llega a más. No han sabido sacarle el jugo; presenciamos la historia sin impregnarnos de nada de lo que ocurre ni sintiendo especialmente el desasosiego de los protagonistas. Todo resulta descuidado y quizás apresurado. Puedo decir que estaba a la altura de estas películas que ponen los sábados a la hora de la siesta. Pese a esto la que sí me gustó fue la actuación de Rachel Weisz que sin ser muy intensa destacaba del resto del elenco: no sabría explicarlo pero me convenció. Del final no voy a hablar.


Por otro lado reconozco que me esperaba una peli de miedo. Qué narices, es que nos la han vendido así con el póster promocional a lo niñas de El Resplandor pero resulta que es sólo de suspense (y escasean los sustos). Lo que más miedo da era ver lo ideal que era la familia y sentir lo poco que iba a durar. “Ligera Decepción” sería la palabra que se me vendría a la cabeza para resumir la película pero tuve la ocasión de poder verla en el cine en la mejor compañía posible así que guardaré un recuerdo condicionado (que no empañado) de la misma. Intentando ignorarlo le doy un 5,75/10 y te la recomiendo para pasar el rato, como siempre.

Dirección: Jim Sheridan 
 Guión: David Loucka
Título original: Dream House 
País:  EE.UU.
Año: 2011
Duración: 92 min.

PD:  Por cierto, únete al movimiento anti-tráilers: Tráilers no.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Cumpliego

¡Feliz cumpleaños para Diego Jota Corral Motino!


 Siento el bajo tono de voz, que no sea un humor universal y que la mayoría de las bromas sólo las entienda el susodicho cumpleañero pero no puedo hacer más por esta vía. También debo puntualizar que utilizo elementos del canal de Desahogada, pero en plan homenaje, apartemos la jurisprudencia para otro día.Y fin.

jueves, 17 de noviembre de 2011

S.D.E. 1x02

Y aquí tenemos el segundo programa de Salida de Emergencia grabado el 10 de noviembre. Como es lógico todavía está todo en proceso de evolución de manera que este programa mejora algunos aspectos del anterior pero como pasa a durar casi una hora se tomó la decisión de hacerlo quincenal a partir de ahora. Está editado por Diego Jota Corral y tiene como voz introductoria de las secciones a Arturo Chaves además de incluir el estreno de Deivi Apolo en  el Top5 musical ¡La semana que viene más!

domingo, 13 de noviembre de 2011

Todo el tiempo


lunes, 7 de noviembre de 2011

S.D.E. 1x01

Como fuera avisado en su momento aquí tenemos el programa piloto de Salida de Emergencia, en el cual colaboro bajo el seudónimo de "Alex". ¡Es tan experimental todo!


El programa se divide en:
1. Noticias (De actualidad, insólitas y curiosas)
2. El blog de Jenny
3. Recomendaciones y críticas de cine de Alex
4. Nuestro top5 musical (Presentado próximamente por Deivi Apolo)
5. Curiosidades a mano de Diego jota Corral y Laura Ciudad
6. Debate: Fin de ETA (Como lo lees)
7. Los temitas de siempre, por Rocío Patiño
8. La Canción de Rocío (junto a Diego jota)

Todo ello orquestado por la fantástica Gloria Charneco como presentadora. ¡Deseémosles buena suerte!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tintín...¡otra vez!


Como ya te conté, en Tintín encontramos un personaje singular. Los que lo han leído o lo adoran fielmente o disfrutan con determinados fragmentos del cómic (que son verdaderas obras de arte) y los que no sencillamente lo ignoran. Conozco algunos casos de amigos que empezaron a leerlo, quizá con expectativas de leer una historia policíaca, y lo acaban dejando a los dos volúmenes diciendo que es demasiado infantil. Personalmente, aunque coincido en esa perspectiva y matizando que la línea argumentativa se va perfeccionando al tiempo, creo que la magia de estos cómics no está en eso. Si a esto le añadimos la polémica contra la renegada “Tintín en el Congo“ se agradece el estreno de “Las aventuras de Tintin: El secreto del Unicornio” (dirigida por Steven Spielberg y producida por Peter Jackson).


Al poco de estrenarse En busca del arca perdida Hergé dijo que Spielberg sería el director más indicado para llevar a su personaje a la gran la gran pantalla y sin duda, en términos gráficos, ésta es la mejor interpretación que se le ha dado. Adoptar la técnica de captura de movimiento ha sido un gran acierto ya que el estilo de Hergé se perdía al usar personajes reales(no recordaré demasiado la abominación de “Tintín y el misterio de las naranjas azules”) y se desperdiciaba en los dibujos animados. En este film vemos los personajes como nos los podríamos imaginar en la vida real, aunque en ocasiones las expresiones se hacen extrañas.

Aparte de eso no sabría qué decir al ver la arriesgada decisión del modo de adaptar la historia: La película está hecha para quienes no son seguidores de Tintín. Si no me contara entre ellos podría haberme sentido dentro de una película de Indiana jones, viendo esta aventura como una normal dentro de un personaje que ya ha vivido muchas y lanzarme a leer los cómics. O no, si no tengo menos de diecisiete años. Lo que hacen Spielberg y Jackson es mezclar dos álbumes diferentes dejando al espectador que conoce la historia completamente desconcertado en vez de intrigado por ver cómo la redescubre. Un detalle se da cuando disparan a un hombre en la puerta del piso de Tintín y éste llama a la portera para que se ocupe del herido mientras va a perseguir a su agresor y ella dice “Oh no ¿otra vez?”. Vale, es un toque gracioso, pero nunca antes había pasado algo así. ¿Era necesario mentir de esa forma? A partir de ese momento me esperé cualquier cosa y las tuve: aglutinamiento de historias y personajes en uno solo, escenas aburridas del estilo de coger una llave de un tipo que está durmiendo, gente que hace cosas sólo para lucir el 3D, una persecución espectacular por una ciudad en una sola toma en la que no pasa absolutamente nada y una lucha en la que en lugar de usar espadas utilizaban grúas de un puerto. Empecé a dudar si podría volver a desarquear las cejas.


Además tenemos un desperdicio de John williams, cuya música complementa perfectamente a la historia pero haberle dado una sintonía característica a Tintín no hubiera estado mal.

Pese a esto al final me dejó una sensación de que no había perdido el tiempo. Se mantiene el halo de justicia, el espíritu de aventura limpia a lo antigua escuela, la esencia y la personalidad de los personajes principales (el capitán Haddock es perfecto) de manera que tenemos una buena adaptación, que te puede hacer pasar un rato entretenido, pero no me agrada que se vayan a hacer dos secuelas más, pues si se estropeará todo definitivamente todavía está por ver. Le doy un 6,3/10.


Dirección: Steven Spielberg. 
Producción: Peter Jackson, Kathleen Kennedy y Steven Spielberg. 
Intérpretes: Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (capitán Haddock), Daniel Craig (Rakham el rojo), Simon Pegg (Hernández), Nick Frost (Fernández)
 Guión: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish; basado en los cómics de Hergé. 
Música: John Williams. 
Año: 2011
Duración: 109 min.

lunes, 31 de octubre de 2011

That guy...

sábado, 29 de octubre de 2011

Aquel escalofrío literario...

  Debo decir que me cuento entre las personas que han podido leer la obra La voz Dormida de Dulce Chacón, escritora y poetisa Extremeña fallecida un año después de la publicación del libro. Cuando me encontró me vi inmerso en el testimonio de unas mujeres víctimas de la represión franquista durante los primeros años de la posguerra de forma omnisciente pero de una manera profunda y personal que la diferencia del resto de la literatura sobre estos años. Aborda la historia del pasado y el presente de un grupo de presas de la madrileña cárcel de las ventas centrándose más adelante en la relación entre dos mujeres: una presa embarazada llamada Hortensia y su hermana Pepita que se va manteniendo al filo de compartir el confinamiento de su hermana. Para esto se divide el relato en tres partes, siendo por ello especialmente difícil su adaptación cinematográfica.

Por este motivo cuando se estrenó el pasado 21 de octubre, dirigida por Benito Zambrano, tenía mucha curiosidad de ver el método empleado y si le haría justicia a la historia de Dulce Chacón. De alguna manera no se defraudaron mis expectativas pero éstas no eran muy altas ya que cae en los tópicos de la problemática de adaptar un libro al cine al intentar evitar esto mismo cambiando el espíritu de la novela.

Sin duda no está hecha para quien esté saturado de los relatos de la posguerra. Como me temía (y da a entender el cartel promocional) la película ignora casi absolutamente la vida de las presas que no sean Hortensia, sirviendo las débiles y escasas referencias a éstas de gran regocijo para quienes leyeron a Chacón. Una evidencia de esta malinterpretación es cambiar la historia de la foto que aparece en la portada del libro con Hortensia y un bebé por otra inventada de Pepita y su hermana.

Por otro lado si hablamos de las actuaciones las encontré bastante aceptables en su mayoría, especialmente a Inma Cuesta y debo mencionar que la elección de María León para hacer de Pepita no me gustó en un principio pero la verdad que consiguió hacerme olvidarlo con su interpretación, aunque puede que se viera influido por el cambio del registro al que nos tiene acostumbrados en la pequeña pantalla.
Dejando aparte secuencias excesivamente monótonas, el uso de una exagerada violencia en escenas innecesarias para la conclusión posterior y la ausencia de una banda sonora característica debo alabar la buena calidad de la ambientación en el Madrid de los cuarenta y la realización de alguna que otra escena aislada bastante bien conseguida.

Con todo esto te animo a que te leas el libro, sin prejuicios, y si quieres veas la película (le doy un 5,6/10), que tiene una historia de base bastante buena, pero con la idea en mente de que en ella, al contrario que en el libro, ni siquiera se da a entender el significado de su título:


Dirección: Benito Zambrano
Guión: Ignacio del Moral y Benito Zambrano
Intérpretes: Inma Cuesta, María León, Marc Clotet, Daniel Holguín, Lola Casamayor, Ángela Cremonte.
País: España
Año: 2011
Duración: 128 min

Here we go again (one more time)

 Como dice el título me alegro de poder volver para hacer esta "2ª Temporada" de el chico que sabía suficiente, después de un largo período de inactividad en el que consideré seriamente apagar la bombilla por un tiempo.


Para los que me seguís desde el año pasado esto será más de lo mismo: una entrada de vez en cuando, comentarios, felicitaciones de cumpleaños completamente fuera de lugar y quizá alguna que otra encuesta aunque para evitar volver a coger telarañas también se añadirán viñetas, minireflexiones y cosillas curiosas con las que me tope por la red (con su correspondiente fuente, por supuesto).
También aviso que me he unido al equipo de "Salida de Emergencia",  programa de radio recién emergido que se emitirá online en breves vía Ondacampus para el cual no encontré otro apodo que el del blog (lo cual, espero, aumentará en nº de entradas).

Sólo quedas tú para leerme así que, si te da por ahí, nos vemos luego.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Is this the real life?

   Y coincidiendo con el que hubiera sido el sesenta y cinco cumpleaños del vocalista de Queen, el señor Mercury, (fecha de la que todos hemos podido darnos cuenta gracias a Google) parece apropiado hacer algún tipo de entrada homenaje, cosa que hacía tiempo que me venía rondando. Aunque no me acaba de convencer su rol en el grupo lo cierto es que desprendía originalidad y personalidad de manera que, en mi opinión, se tiene bien merecido el título de Rey del Rock (o lo que sea ¿alguien ha dicho Elvis?).

En general esta banda británica emblemática en la historia del rock, seguro que te suena, era un baluarte de calidad y ello se ve en su dominio de los registros, instrumentos y distintos estilos. Quizá le critique la duración de la mayoría de las canciones que, aunque buenas, se pueden hacer demasiado largas y monótonas provocando el efecto contrario al que deberían. En definitiva es de agradecer música así y mientras esperamos a otro grupo por el estilo aquí va un top 8 de mis canciones favoritas de Queen (no, no me cabían en un burdo top 5. Y omito "We are the Champions" y "We will rock you" por que una no me trae buenos recuerdos y la otra se me hace demasiado utilizada).

8:  Radio Ga ga 
7:  Living on my own 



6:   Another one bites the dust

5:  Princes of the Universe


4: The Show must go on


3: Somebody to Love


2:  I want to break free


1:  Bohemian Rhapsody



PD: Ya sé que hora es. Justo aquí; ..."fanta sea"...anda que...

lunes, 29 de agosto de 2011

La Pared blanca


   La casa estaba apartada de las del resto del pueblo. Es de entender que al levantarla, a finales de los veinte, el matrimonio propietario pretendía que el resto de las casas de la calle se les fuera uniendo,  pero no fue así y se quedó apartada. Sola.

Sus padres se la dejaron en Herencia a Don Andrés, y no a sus hermanas, pero éste no la quiso ocupar. Le atemorizaba encontrarse a sí mismo en los recuerdos que albergaba pues Don Andrés era de esas personas que maduran pronto y se sienten más cómodos siendo adultos en la madurez. Se perfila complicado imaginar a alguien como él de adolescente pues tienden a ser adultos acostumbrados a actuar como jóvenes; pero ellos no lo saben. Don Andrés sí lo sabía y temía a aquella casa.

Sin embargo ocurrió que, habiendo alcanzado una avanzada edad, falleció su esposa y encontró en la casa una maravillosa tentación de evitar el dolor. Como pensaba que al fin y al cabo él se le uniría pronto a la muerte y su corazón entendió que no había regreso posible decidió tomar el relevo de sus padres y comenzar una nueva historia, un tránsito al final de su vida en el hogar donde la comenzó. Se mudó desde la ciudad y, para mantener su proyecto volvió a ejercer la medicina en el pueblo, donde era conocido por su control calmado de las situaciones, confianza y amabilidad.

Es habitual que al regresar después de un largo período de tiempo a un emplazamiento donde se ha vivido parte de la infancia se redescubra mucho más pequeño, sin embargo Don Andrés no encontró la casa de este modo. Se sorprendió al ver que era tremendamente espaciosa. Al vivir solo se pudo permitir dejar varias habitaciones vacías, sin muebles, para llenarlas con largos paseos extendidos desde su estudio por la tarde. Don Andrés era muy activo para su edad.  Junto con su prima favorita, Inés, casualmente la única que aún vivía, se dedicaron a adaptar la casa para hacer confortable la vida en ella. Don Andrés era machista, pero no lo sabía; nadie se lo había dicho y él no había conocido ninguna otra corriente de pensamiento. Juntos realizaban las actividades matinales hasta la hora de almorzar, siempre puntuales, a las dos. Luego, dependiendo de si tenía otros quehaceres que atender, Inés volvía a su casa o le acompañaba el resto del día. Don Andrés pretendía mostrarse indiferente ante ello pero lo cierto es que nadie puede devolverle la sonrisa a la soledad por mucho tiempo. Siendo primavera al abrir las ventanas se deslizaba por toda la casa una corriente de aire fresco que le proporcionaba la sensación de ser más espaciosa aún de lo que ya era. Ventilada e iluminada. Conociendo ya la manera en la que acabaría sus días, desprendido, esquivo, enérgico y calmado; simplemente dando un paso más, siendo ésta la forma de morir que hubiera preferido para su esposa, la vio. Siempre había estado allí.

La pared era de cal blanca, lisa, sólida y vertical, pero diferente a las demás, rezumando la iluminación de la casa. Se hallaba en una de las zonas más retiradas de ésta, entre el estrecho pasillo que conectaba todas las habitaciones de la planta baja, el salón y una pequeña alacena. Si presionaba con un dedo sobre ella cedía ligeramente quedando marcado el lugar donde se había apretado y dejando el dedo levemente impregnado de la pintura blanca. En esa pared, encontrada en uno de sus paseos, halló Don Andrés su propia retrospección. Al principio eran sólo caras sinuosas y revueltas que acabaron formando una argamasa de visiones que permitieron a Don Andrés, en el tiempo en que llevaba una poltrona desde su estudio hasta a la habitación y se sentaba frente a la pared, formar un nuevo significado de ésta para él. Recordó que tras la Guerra la casa fue saqueada y esa pared quedó especialmente dañada por ráfagas de la artillería cuyo bando no quería recordar y, como ya tenía la edad, debió ayudar a su padre tirándola y volviéndola a levantar en una tarea parecida a la que habían llevado a cabo Inés y él setenta años después. Recordó cómo su padre había fallecido muy enfermo poco después y entendió que aquella pared simbolizaba para él más de lo que le hubiera gustado reconocer. A partir de aquel día empezó a visitar con más frecuencia aquella habitación en sus paseos vespertinos, después simplemente entraba en ella para sentarse en la poltrona y tomar una taza de café Latte, que dejaba en una mesilla instalada más adelante, al principio leyendo literatura francesa y después simplemente mirando la pared; sumido en sus propias vivencias. Inés la empezó a denominar la “Sala de pensar”. En el pueblo les gustaba demasiado etiquetarlo todo y definir sus límites. Pero aunque ni tan siquiera ella podía ya sacarle de su ensimismamiento no se encontraba muy alejada de la realidad. Don Andrés acabó volcando en ella todos sus pensamientos, llenado la pared de sus más profundas sospechas, quebradizas manías, intrincadas teorías y sinceras incertidumbres.

Abstraído pero no aislado notó un intruso en su silencio. Moho. Era primavera y pese a la corriente de aire las paredes habían cogido moho. En su campaña para librar la casa de la infección de aquel hongo y, había que reconocerlo, darle mejor aspecto para cuando la dejara a merced de la herencia Don Andrés decidió pintar la casa. En realidad dejó que unos operarios la pintaran. Toda de blanco. Pidió que se ocupasen primero del estudio y luego se encerró en él hasta que acabaron. El estudio, como la casa, era luminoso y ventilado y podía permitírselo. Terminada la faena prosiguió con su normalidad, que no con su rutina. Don Andrés había intuido en su mujer y posteriormente aprendido de Inés a huir de la rutina y considerarla como aquellas esporas que permitieron que tomase forma el Moho que pretendió desmenuzar su paz. Gotelé. Habían pintando la “Sala de pensar” con Gotelé. Se quedó plantado en el umbral de la habitación sin atreverse a entrar. No era cosa suya. Aunque no mudó la expresión sí le abandonaron súbitamente sus reflexiones anteriores y lenta pero irrevocablemente sintió como si un humo gris y caliente le invadiera el pecho. Ya no había forma de remediarlo pues no hubiera sido eficaz y a Don Andrés le gustaba a la eficacia. No tuvo más remedio que hacerse a la idea pero no pudo evitar volver a entrar en la estancia e intentar tocar la pintura. Pero no. Era demasiado pronto. Se sentó con aire derrotado y al tiempo percibió algo distinto. Con la luz del oeste la pared ganaba en profundidad y en detalles. Ahora los grumos de pintura llenaban la pared de fascinantes recovecos. Sorprendido se volvió a levantar para examinar lo que le había parecido ver y lo comprobó. Fundido con la pared el Gotelé disimulaba sus imperfecciones y le transportaba a un nuevo plano gracias a que le dotaba de algo nuevo: belleza. Para asentar estas impresiones creyó necesitar la opinión de Inés de manera que lo compartió con ella antes de que se fuera.

-Y no te olvides de tomarte las dos pastillas del Etanofren.

-Inés, ¿te has fijado en el Gotelé de la habitación donde tomo el café?

-No te vayas a confundir, son dos partidas por la mitad, no cuatro. Puede ser peligroso tomarte tres.

-Queda raro, me gustaba más antes pero le da dinamismo a la pared ¿verdad?

-Sí, está bien. Escucha: ándate con ojo, tendría guasa que tuvieses un problema con eso siendo tú médico.

Aunque era posible que Inés no le hubiese oído como dio su aprobación a Don Andrés le pareció que todo estaba en orden. En realidad ya había decidido que le gustaba su nuevo aspecto y volvió a su antigua dinámica pero como se sentía en comunión con la pared decidió cambiarla también. Instaló en la sala un reproductor de música y disfrutó de largas tardes apreciando los nuevos matices de la pared acompañado por las escalas y gamas de acordes de sus compositores favoritos, como Pachelbel o Bach. Definitivamente le encantaría morir oyendo el Canon de Pachelbel. Durante unos días reflexionó, caviló y divagó en aquella sala. Posteriormente pensó que el cuadro de su dormitorio, en el que aparecían varios libros y la miniatura del navío San Cristóbal encima, quedaría bien allí y pasó a colgarlo él mismo. El agujero en la pared valió la pena, sin duda ganaba en originalidad. Ciertamente el Gotelé está cayendo en desuso. La pared había pasado a ser perfecta.

Pero Inés sí le había oído. Una mañana cuando Don Andrés estaba con los pacientes ella misma llamó a los operarios que limpiaron, alisaron y lijaron el Gotelé. Lo hizo con la mejor intención del mundo pero Don Andrés no lo supo apreciar. No había imaginado la posibilidad de un nuevo cambio en la pared y se sintió muy desconcertado.

-Pero ¿no me dijiste que te gustaba más como estaba antes?

-Da igual.

-Te ha molestado.

-No, ¿qué dices mujer? Está bien. Sólo es una pared.

Pero no era sólo una pared. Don Andrés era de esas personas a las que no les gusta hablar de sus sentimientos, que prefieren guardárselo todo dentro y no compartir su desasosiego dejando silencios hoscos como castigo. Don Andrés era necio. Hosco como la pared que era ahora una extraña para él, desnuda. Ya no era ni siquiera la misma pared que había conocido anteriormente, había cambiado. Se había vuelto fría, áspera, dura. Dura para Don Andrés. Eso pensaba él. No volvió a colocar el cuadro del San Cristóbal y al cabo de unos días dejó de escuchar música allí pues ya no sentía más que lo que hubiera podido sentir antes. La literatura de la sala se había desvanecido dejando un desagradable vacío. Huérfano de ello Don Andrés se fue apagando, mostrándose cada vez más cansado. Inés se fijó en su tristeza y sin comprenderla le sugirió volver a poner el Gotelé en la habitación. La indiferencia de Don Andrés la asustó y, temiéndose lo peor, llamó por de nuevo a los operarios a quienes esta vez se les unieron Inés y el propio Don Andrés.

No fue un trabajo duro pero quizá pensó que era su tarea reparar lo que no había estado de su mano destruir. Cuando acabaron la pared lucía un aspecto luminoso de nuevo, pero para Don Andrés era artificial, agria, áspera y retorcida. Era ya incapaz de fiarse de su nueva pared. Pese a ello sorprendió a Inés rompiendo su normalidad al sentarse a la hora de la cena en la gastada poltrona, quizá dándole una nueva oportunidad a lo que veía, con los cansados ojos fijos en la antigua pared. Y allí se quedó. Blanca. Más que nunca y sin embargo natural. Cuando Inés entró en la habitación buscando a su primo a la mañana siguiente con las bolsas para hacer la comida le costó comprender varios segundos la escena que se presentaba ante ella. Fue el blanco níveo de su piel lo que le dio a comprender que estaba muerto. Gritó y rompió llorar, pero se quedó plantada en el umbral de la habitación sin atreverse a entrar. No era cosa suya. Don Andrés yacía rígido en el suelo de la sala con señales de haber sufrido antes de dar el paso. La Poltrona estaba volcada, aún sonaba una composición de Pachelbel y había un vaso roto junto al umbral, como si hubiera llegado allí de un manotazo. Una mano junto al estómago y otra extendida. Le pareció a Inés que en sus últimos momentos había intentado asir la pared, pero estaba a medio palmo. Sobre la mesilla sólo quedaba la caja del Etanofren, en la cual faltaban 4 pastillas desde la última vez que Inés la había visto. Decía su prima, sollozando, que Don Andrés nunca se hubiera rendido, que no se hubiera suicidado y su vecina la secundaba diciendo que éste siempre la saludaba al pasar. No. Don Andrés no se hubiera suicidado. Don Andrés había sido necio; pero nadie se lo había dicho.

Alejandro Martín González, 29 de Agosto de 2011

jueves, 11 de agosto de 2011

 Siempre es difícil, no he dicho que no lo fuera. Se requiere habilidad y, a menudo, ni siquiera esta es suficiente. La concentración parece indispensable, aunque los más expertos lo logran casi sin mirar, tan solo con visualizarla en la mente.

Se guían por el crujir de la cáscara en cada tirón y, según dicen, este sonido les indica, como en susurros, la fuerza con la que deben separar el fruto de la piel, sin pellizcarlo. ¡Ay de quien lo pellizque! Sería fatal, cercano al momento de auge de una tragedia griega: Medea asesina a sus hijos, Antígona se ahorca, Edipo se arranca los ojos, el jugo se derrama… Si esto sucediese, el artista debe mantenerse aún más alerta, la prueba se ha complicado. Ahora es más fácil que la sangre de la víctima corra a sus manos. Y el buen pelador nunca se mancha. Pero, ¿cómo conseguirlo? Aprendí que no hay que agarrarla, tan solo sostenerla, como si lo único que pretendieses fuese eludir la fuerza de la gravedad. Se dice que el cuchillo no tiene que cortar, sino lidiar entre dos elementos distintos unidos por una circunstancia incomprensible, igual que uno se abre camino entre una multitud o atraviesa un pasillo demasiado estrecho. En esto, tan solo, consiste: separar cáscara y fruto, no derramar el jugo y, ante todo, terminar la obra con las manos limpias.


No he conocido persona más ducha en esta disciplina que Andrés, mi abuelo. Él domina como nadie el arte de pelar una naranja.

P. M. B. P.

sábado, 6 de agosto de 2011

¿Por qué no?

No debería, pero desde que nació el blog siempre tuve ganas de hacer alguna clase de comparación entre Miniyo y el chico que sabía suficiente del mundo real y el hecho de que su cumpleaños caiga el mismo día que el del amigo Pablo proporcionaba una excusa perfecta difícil de dejar pasar.


Y así se alcanzan los diecinueve años, espero saber manejarlos sabiamente. Vuelvo a felicitar a Pablo y muestro mi mejor agradecimiento a todos los que os habéis acordado del significado de esta fecha (muy chulas vuestras iniciativas) y a los que leéis el blog (aún estáis entre los vivos)
¡Gracias por todo!

PD: He tardado en actualizar el Miniyo porque no quería pasar mi último día de dieciochoañero frente al portátil. Espero que ello disculpe la tardanza para quienes lo estabais esperando.

domingo, 31 de julio de 2011

La Despedida perfecta

   Y por fin, para bien o para mal, le llegó el final a la saga que, sin estar a la altura de los clásicos, revolucionó la literatura juvenil actual dejándonos estos años de locura de ingresos. Aunque el último libro salió en julio de 2007 es Harry Potter y las Reliquias de la Muerte parte dos el punto y final de la historia, y no deja indiferente a nadie.


La película está a la altura de la expectativas que ya venía acarreando, aunque predomine la acción. Al final me ha gustado que se haya dividido el último libro en dos partes abarcando más detalles, pero han seguido tomándose libertades más o menos justificadas a la hora de localizar momentos clave o incluso la forma en la que éstos se producen (falta grave). Pese a esto la historia te engulle desde el primer momento siguiendo una línea muy fluida; se pasa el tiempo rápido, pero quizás esto va en detrimento de los cambios de escena que son drásticos y mal pensados, lo cual se nota por ejemplo en las escenas de las muertes de algunos personajes (las cuales señalan fugazmente y pasan a otra cosa casi sin transición) y en la escena posterior a la confrontación final.


Es obligado señalar la gran actuación de Alan Rickman como Severus Snape, papel del cual domina cada gesto a la perfección. Sus escenas están cargadas de una gran intensidad y son de las más emotivas de la serie.

También me ha sorprendido gratamente cómo han conseguido una gran sensación de realismo en el epílogo de diecinueve años después. El maquillaje y los retoques de postproducción hicieron que ese momento fuera el broche perfecto para el cierre de la historia donde los supervivientes, ya adultos, gozan de la paz del nuevo orden por el que lucharon.

Yo, aunque supongo que ahora viene la etapa de estirar el chicle de los huevos de oro, me considero fan de Harry Potter y reconozco que echaré de menos estas historias cargadas de magia e imaginación. A la película le pongo un 8,1/10. Me muero de ganas de ver la siguiente.


Dirección: David Yates
Guión: Steve Kloves
Intérpretes: 
Danniel Radcliffe
Emma Watson
Rupert Wrint
Ralph Fiennes
Título Original: Harry Potter and the deathly hallows part 2
País: EEUU
Año: 2011
Duración: 130 minutos

lunes, 18 de julio de 2011

Y siempre lo será

Porque más vale al día siguiente que nunca.

Ayer fue el cumpleaños número diecinueve de una de las más fieles seguidoras de este blog. Se trata de Mrs Nada, la cual opera en nuestro país bajo varios nombres (digamos que hablo de Marina), que por motivos varios no pudo ser felicitada a tiempo. Confío en que el ya tradicional homenaje que le hace el equipo de El chico que sabía suficiente enmiende ese hecho.
 Éste en concreto va cargado de simbolismo debido a que era imposible representar a una única Marina en conjunto y que no fuera incompleto, se supone que ella descifrará el mensaje. ¡No cambie usted!


Y ahora la segunda parte de la entrada: Basta ya.

Varios os habéis quejado de que el blog se está convirtiendo en un regurgitador gratuito de felicitaciones online, y os voy a tener que dar la razón. Para repararlo establezco ahora un punto y final en ello hasta nuevo aviso (por lo menos hasta el seis de agosto, no te voy a mentir).
Así que nos veremos pronto, y esta vez de verdad.

PD: Gracias Marina, por arreglarme las letras después de montar tú sola el retablillo, no tenía ni idea de cómo hacerlo.

jueves, 14 de julio de 2011

Brisa veraniega

Huyendo de ser engullido por despiadados cumpleaños llega hasta mí un texto de Gloria Charneco, una buena amiga amante de la poesía y del buen hacer que desde este momento se convierte en la primera Colaboradora de este blog, como propuse a principios de verano. Pasemos a su texto sin más preámbulos:

   Cada verano me gusta pasarlo en mi pueblo, disfrutar de los pequeños detalles, de sus paisajes y sus gentes.
Es hora de quitar el polvo y sacar de paseo a mi bici, alcanzar la velocidad suficiente para detener el tiempo y tener la sensación de flotar. Quiero ver cómo las libélulas dibujan y colorean el paisaje con sus giros, como lo hace la veleta de la iglesia movida por la suave brisa veraniega. Y sentir como los reflejos del sol se enredan en mi pelo cuando paseo por el parque, donde escucho alegres cánticos de niños que disfrutan de sus vacaciones entre risas y juegos.


Hoy es un día de los que me despierta el alegre kikirikí de un gallo, de esos que el calor se pega a mi piel para dejar su bronceada huella y necesito ir a la piscina, darme un buen chapuzón, tomarme un helado, descubrir los misterios que esconde un nuevo libro y sentir el rocío jugueteando con el césped entre mis dedos.

Me voy sin mirar el reloj, pero cae la tarde y pasan sobre mí, curiosa, unos patos dándole el último adiós a Don Lorenzo, que nos trae la calidez del desierto y admiro la puesta de sol que se refleja en el agua del pantano, dejando paso a la dama blanca que trae la noche como acompañante.
Se crea una magia especial con una peculiar orquesta de grillos, y las luciérnagas compiten con cada perla que adorna el cielo para vestir las calles de luz y elegancia.


Es tarde, pero cuando llego a casa, me gusta sentir como me cubre un fino tul de titilantes estrellas sobre mi terraza, es mi momento de paz y sosiego, que me invita a soñar mientras escucho una caracola que me acerca el rumor del mar.                                                 

Gloria Charneco Martín, 5 de Julio de 2011


   Glo, nadie duda que estabas inspirada cuando escribiste este texto que recoge las sensaciones que nos produce disfrutar una tarde de verano bien aprovechada. Gracias por hacernos formar parte ella al compartirlo con nosotros, espero que no dejes la afición. Vuelvo a recordaros que podéis participar de la forma que queráis siguiendo unas líneas que os explicaré brevemente si decidís dar el paso. No muerdo mucho... quizá debería mirar la hora...sé que es jueves...